La transformación y valorización de los productos se encuentran en los procesos que agregan valor a las materias primas, mejorando su calidad, presentación o utilidad antes de llegar al consumidor final. Esto puede darse a través de la industrialización, el uso de tecnologías sostenibles o la certificación de origen, lo que permite a los productores obtener mejores precios y acceder a mercados más competitivos. Este supuesto se basa en la idea de que, al transformar los productos en lugar de venderlos en su estado natural, se fortalece la economía local, se generan empleos y se promueve un desarrollo más equitativo y sostenible.