Respecto a la pregunta dos, creo que para cambiar la mentalidad y promover prácticas más sostenibles en la producción agroecológica, es fundamental implementar estrategias de educación y sensibilización dirigidas tanto a los productores como a los consumidores. Programas de capacitación que demuestren los beneficios de la agroecología, evidenciando su impacto positivo en la salud, el suelo y la biodiversidad, pueden generar confianza y motivar el cambio. Además, el acompañamiento técnico y la demostración de experiencias exitosas ayudan a reducir el temor a la pérdida de productividad. Es clave también incentivar políticas públicas que apoyen la transición agroecológica con financiamiento, acceso a mercados y regulaciones que desincentiven el uso de agroquímicos, promoviendo un modelo de producción sostenible y rentable.