La cooperación impulsa el desarrollo económico, social y sostenible al fomentar la autogestión, la equidad y el uso responsable de recursos, generando empleo, reduciendo desigualdades y fortaleciendo la economía local. A diferencia de empresas tradicionales y asociaciones sin fines de lucro, se basa en la propiedad colectiva, la toma de decisiones democrática y la reinversión de excedentes en beneficio común.