Los actores comunitarios y las organizaciones civiles desempeñan un papel clave en la formulación e implementación de políticas públicas de desarrollo territorial, ya que aportan conocimientos locales, promueven la participación ciudadana y garantizan que las decisiones respondan a las necesidades reales de la comunidad. A través del diálogo con el gobierno, facilitan la ejecución de proyectos sociales, ambientales y económicos, fortaleciendo el tejido social y fomentando la autogestión. Sin embargo, su impacto se ve limitado por la falta de reconocimiento institucional, la escasez de financiamiento y las barreras burocráticas. Impulsar su participación es clave para lograr un desarrollo más inclusivo y sostenible.