Sí, el conocimiento ancestral de plantas medicinales debe integrarse a la medicina actual por sus beneficios comprobados y su valor como alternativa orgánica accesible. Este conocimiento, transmitido por culturas ancestrales, ofrece un enfoque integral de la salud que conecta cuerpo y alma con la naturaleza. Además, la ciencia moderna valida muchos de sus principios activos, respaldando su uso seguro y racional, como promueve la OMS. Integrar este saber rescata memorias ancestrales y fomenta la biodiversidad a través del cultivo agroecológico.