Para preservar las especies medicinales, es clave la colaboración entre universidades, centros de investigación y comunidades locales. Esto permite identificar plantas valiosas, desarrollar métodos sostenibles de recolección y combinar el conocimiento tradicional con la ciencia. Ejemplos como el aceite de copaiba muestran cómo este enfoque puede promover la conservación y el uso responsable de las especies. Es esencial que la ciencia respete y aproveche el conocimiento ancestral para garantizar la sostenibilidad a largo plazo.