La agroecología ofrece soluciones clave a los problemas del negocio agrícola al promover prácticas sostenibles que mejoran la productividad sin comprometer el medioambiente. Reduce la dependencia de insumos químicos al fomentar el uso de fertilizantes orgánicos y control biológico de plagas, disminuyendo costos y daños ecológicos. Además, impulsa la diversificación de cultivos, aumentando la resiliencia ante el cambio climático y las fluctuaciones del mercado. Fortalece la economía local mediante circuitos cortos de comercialización y promueve la soberanía alimentaria al priorizar semillas nativas y el conocimiento tradicional.