Los herbolarios amazónicos desempeñan un papel crucial en la preservación del conocimiento tradicional y el estudio de las plantas medicinales[4][5]. Actúan como guardianes de las prácticas ancestrales, transmitiendo saberes a las nuevas generaciones[5]. Su conocimiento empírico sobre el uso y propiedades de las plantas es fundamental para la investigación botánica, agronómica y fitoquímica[4]. Además, sirven de puente entre las comunidades indígenas y la ciencia farmacéutica moderna, facilitando el descubrimiento de nuevos compuestos y promoviendo el uso sostenible de la biodiversidad amazónica[1][4]. Su labor ayuda a revalorizar los usos y costumbres, contribuyendo a la conservación de estas especies[2].