Fomentar la participación comunitaria requiere comunicación clara, espacios de diálogo y uso de tecnología accesible. Incentivar la colaboración con beneficios tangibles y educación cívica fortalece el compromiso. Apoyar liderazgos locales y crear redes de trabajo impulsa el cambio. Escuchar y valorar las voces de todos genera acciones colectivas que impactan el futuro de manera sostenible e inclusiva.