Las cooperativas rurales contribuyen al desarrollo integral de las comunidades ya que fomentan la cohesión social, el empoderamiento de sus miembros y el acceso a servicios básicos como la salud, la educación y crédito, además revalorizan las tradiciones ancestrales e involucran activamente a las mujeres impulsando el desarrollo económico local y fortaleciendo el tejido social, sin embargo, su impacto positivo se ve limitado por la falta de visibilidad, los prejuicios, la competencia económica y la falta de apoyo institucional.