Para lograr un equilibrio entre el desarrollo científico y la conservación de la biodiversidad es fundamental respetar los principios de consulta libre e informada a las comunidades locales, garantizando su participación activa y estableciendo acuerdos de beneficio compartido.
La bioprospección sostenible, la regulación ambiental y la participación activa de los pueblos indígenas en la investigación son esenciales así como la creación de áreas protegidas y corredores biológicos.