Los actores comunitarios y las organizaciones civiles juegan un papel fundamental en la formulación e implementación de políticas públicas relacionadas con el desarrollo territorial. Actúan como mediadores entre las autoridades gubernamentales y las comunidades locales, aportando conocimientos y perspectivas clave sobre las realidades y necesidades del territorio. Las organizaciones civiles, a través de su experiencia en trabajo comunitario y su cercanía con los problemas locales, pueden influir en el diseño de políticas más inclusivas, equitativas y adaptadas a las particularidades de cada región.
Además, son cruciales en la movilización y sensibilización de la comunidad, asegurando que sus voces sean escuchadas en los procesos de toma de decisiones. En la implementación de políticas, estas organizaciones pueden facilitar la ejecución de proyectos a nivel local, generar confianza y asegurar que las políticas sean sostenibles, respetuosas con el entorno y beneficiosas para las poblaciones más vulnerables. También, monitorean la eficacia de las políticas, promoviendo la rendición de cuentas y la corrección de posibles desviaciones. En resumen, los actores comunitarios y las organizaciones civiles contribuyen a hacer que el desarrollo territorial sea más participativo, transparente y alineado con las necesidades de las personas.