La validación científica de plantas medicinales implica estudios fitoquímicos, ensayos in vitro, estudios en animales y ensayos clínicos. Sin embargo, este proceso enfrenta fallas como sesgo en la selección de plantas, dificultad para estandarizar dosis, interacciones medicamentosas, falta de estudios a largo plazo y toxicidad por concentraciones de principios activos.