Para superar los obstáculos en la adopción de la agroecología, es esencial un enfoque multifacético: la falta de conocimiento exige educación y formación técnica a través de talleres y asesoramiento; el acceso limitado a recursos se aborda incentivando la producción de bioinsumos en la finca, reduciendo la dependencia externa; la resistencia al cambio se vence demostrando la viabilidad y rentabilidad de la agroecología con ejemplos exitosos; la comercialización mejora con circuitos cortos, ferias y cooperativas; y las políticas públicas deben impulsar incentivos y certificaciones accesibles para la producción ecológica. La agroecología ofrece ventajas sustanciales sobre la agricultura convencional al impulsar la biodiversidad para fortalecer la resistencia del ecosistema ante plagas y enfermedades, mejorar la salud del suelo mediante la rotación de cultivos y abonos orgánicos para incrementar la fertilidad y reducir la erosión, disminuir la dependencia de agroquímicos para evitar la contaminación y bajar costos a largo plazo, asegurar una producción sostenible al optimizar el uso de recursos y, finalmente, potenciar la economía local al promover la soberanía alimentaria y mejorar los ingresos de los productores a través del consumo de productos locales.