En seguridad alimentaria, la agroforestería garantiza producción continua, diversifica cultivos y mejora la fertilidad del suelo, reduciendo la dependencia de un solo producto y aumentando la resistencia al cambio climático. Optimiza el uso de agua y nutrientes, asegurando cosechas sostenibles. Para fortalecer su impacto, es crucial empoderar a productores, facilitar acceso a tecnología de monitoreo y promover incentivos para su adopción.