La cooperación y la asociatividad son clave para el desarrollo de los productores agroecológicos, ya que les permiten enfrentar desafíos comunes y aprovechar oportunidades colectivas.
Cooperación: Facilita el intercambio de conocimientos, recursos y apoyo mutuo.
Asociatividad: Permite la organización formal en cooperativas o redes, lo que les da mayor acceso a mercados.
Juntas, estas estrategias fortalecen la producción agroecológica, fomentan la resiliencia económica y ambiental, y mejoran el bienestar de los productores.