Mientras la propiedad comunitaria promueva una distribución equitativa, la falta de capacidad técnica o institucional puede favorecer la entrada de actores externos (operadores turísticos, inversionistas urbanos), lo cual forma parte de los ingresos generados. Además, dentro de la comunidad, las familias con ventas iniciales (mayor ubicación, educación, capital) pueden captar los beneficios y generar tensiones sociales.
Pero también debemos tomar en cuenta que para satisfacer expectativas turísticas, algunas comunidades adaptan o simplifican sus prácticas culturales, convirtiéndolas en espectáculos “para turistas”, lo que puede erosionar su autenticidad y significado profundo. Esto provocando una perdida de autenticidad.