La contaminación en la Amazonía tiene consecuencias graves tanto para el medio ambiente como para las comunidades que habitan esta región. Actividades como la minería ilegal, la deforestación, los derrames de petróleo y el uso indiscriminado de productos químicos contaminan ríos, suelos y aire, afectando directamente a la biodiversidad y a la salud de las poblaciones locales.