Para prevenir que el turismo perjudique el entorno de las especies autóctonas, es esencial implementar un enfoque fundamentado en la sostenibilidad, la educación en medio ambiente y la implicación de la comunidad. Primero, es necesario definir límites precisos de carga turística, o sea, regular la cantidad de individuos que pueden visitar un área sin provocar cambios en el ecosistema. Esto conlleva una zonación, rutas establecidas y horarios regulados para las visitas.
Además, resulta crucial formar tanto a los turistas como a los guías locales en buenas prácticas, tales como no alimentar a los animales, no hacer ruido excesivo, prevenir la utilización de vehículos dañinos y mantener las distancias de observación. La formación en medio ambiente debe constituir un componente esencial de la experiencia turística.