JESSENIA ALEXANDRA ORDONEZ LOORjaordonezl@uce.edu.ec
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La deforestación y la pérdida de biodiversidad en la Amazonía son impulsadas por la expansión de la agricultura, especialmente la producción de cultivos como soja, aceite de palma y la ganadería, lo que destruye bosques tropicales esenciales para una rica diversidad de especies. Esta pérdida de ecosistemas naturales no solo impacta la biodiversidad local, sino que también afecta servicios ecosistémicos vitales como la regulación del clima y la polinización. Además, la degradación del suelo es un problema significativo, ya que la agricultura intensiva sin prácticas adecuadas de rotación de cultivos o uso de fertilizantes orgánicos agota la fertilidad y promueve la erosión. La compactación del suelo por maquinaria pesada también reduce su capacidad para retener agua y nutrientes, afectando la productividad a largo plazo. La contaminación del agua y el suelo es otro reto importante, ya que el uso de pesticidas y fertilizantes químicos en la agricultura industrial contamina ríos y fuentes de agua, lo que perjudica tanto a los ecosistemas acuáticos como a las comunidades locales. Los residuos de agroquímicos y metales pesados también contaminan el suelo y el agua, alterando los ciclos de nutrientes y afectando la salud humana y animal.