Prácticas Agrícolas Ecológicas:
Agricultura Orgánica: Esta práctica se basa en la utilización óptima de los recursos naturales sin emplear productos químicos, promoviendo la biodiversidad y la salud del suelo.
Agroforestería: Integración de árboles y arbustos en sistemas agrícolas, lo que mejora la biodiversidad, protege el suelo y puede aumentar la productividad.
Rotación de Cultivos: Alternar diferentes tipos de cultivos en la misma área en secuencias sucesivas para mejorar la fertilidad del suelo y controlar plagas y enfermedades.
Compostaje: Proceso de descomposición de materia orgánica que se utiliza como fertilizante natural, mejorando la estructura y fertilidad del suelo.
Control Biológico de Plagas: Uso de organismos vivos para controlar poblaciones de plagas, reduciendo la necesidad de pesticidas químicos.
Conservación del Agua: Implementación de técnicas como el riego por goteo y la recogida de agua de lluvia para utilizar el agua de manera más eficiente.
Siembra Directa o Labranza Cero: Método que evita la perturbación del suelo mediante la siembra directa, lo que ayuda a mantener la estructura del suelo y reduce la erosión.
Estas prácticas buscan equilibrar la producción agrícola con la conservación del medio ambiente, promoviendo sistemas sostenibles que benefician tanto a los agricultores como a la naturaleza.