El turismo comunitario se ha convertido en una alternativa sostenible que permite a las comunidades locales obtener beneficios económicos directos, al mismo tiempo que protegen sus culturas y ecosistemas. Este tipo de turismo promueve una relación más armoniosa entre los visitantes y el entorno natural, fomentando el respeto y la conservación de los recursos.
Uno de los pilares fundamentales del turismo comunitario es el manejo adecuado de la vida silvestre, ya que muchas comunidades conviven en territorios ricos en biodiversidad. El bienestar de los animales silvestres y su hábitat no solo es esencial para mantener el equilibrio ecológico, sino que también es clave para garantizar una experiencia turística auténtica y sostenible.